Despues de mucho tiempo de intentar organizar una nueva campaña de D&D, al fin se pudo lograr. Con un número reducido de jugadores (4 en total), y con un nuevo master, por fin pudimos volver a Forgotten Realms.
Ya que esta vez no me tocó ser master, decidí aprovechar para jugar un personaje divertido. Si bien me gusta interpretar el papel de héroe (paladín, mago, guerrero noble), esta vez decidí cambiar completamente el rumbo, e interpretar el papel del anti-héroe.
Por supuesto, lo primero que se me vino a la mente fue jugar un Rogue y para hacerlo aún más divertido y poco tradicional, decidí jugar un elfo de la luna (Moon elf).
Lo que salió de esta mezcla fué un anti-héroe y un anti-elfo. Desde que arrancó la aventura, ya en la primera sesión, y apenas luego de conocer a mis compañeros de juego en una taberna, como debe de ser, intenté robarle a uno de ellos su bolso con monedas. Por supuesto, fallé y me pescaron, pero pude salir del embrollo gracias a mis habilidades oratorias (léase Bluff).
Ese fué sólo el principio, ya que luego me dediqué a huir de las aventuras y a frecuentar bares y lugares de dudosa reputación, cosa que nunca haría un elfo. Al momento de la primera batalla, me dí cuenta de lo inútil que era mi personaje en combate, cosa que lo hizo aún mas interesante.
La moraleja de la cuestión es la siguiente: aún si tu personaje es un inútil en combate, o es un vago que no le gusta trabajar, o un simple ladrón de poca monta, puede ser muy divertido jugarlo. Las dos sesiones que llevamos hasta ahora fueron más divertidas que muchas de las anteriores en las que jugué personajes mas trillados.
En pocas palabras, es bueno estar de vuelta en Forgotten, y espero que podamos seguir al menos un tiempo más.
Ya que esta vez no me tocó ser master, decidí aprovechar para jugar un personaje divertido. Si bien me gusta interpretar el papel de héroe (paladín, mago, guerrero noble), esta vez decidí cambiar completamente el rumbo, e interpretar el papel del anti-héroe.
Por supuesto, lo primero que se me vino a la mente fue jugar un Rogue y para hacerlo aún más divertido y poco tradicional, decidí jugar un elfo de la luna (Moon elf).
Lo que salió de esta mezcla fué un anti-héroe y un anti-elfo. Desde que arrancó la aventura, ya en la primera sesión, y apenas luego de conocer a mis compañeros de juego en una taberna, como debe de ser, intenté robarle a uno de ellos su bolso con monedas. Por supuesto, fallé y me pescaron, pero pude salir del embrollo gracias a mis habilidades oratorias (léase Bluff).
Ese fué sólo el principio, ya que luego me dediqué a huir de las aventuras y a frecuentar bares y lugares de dudosa reputación, cosa que nunca haría un elfo. Al momento de la primera batalla, me dí cuenta de lo inútil que era mi personaje en combate, cosa que lo hizo aún mas interesante.
La moraleja de la cuestión es la siguiente: aún si tu personaje es un inútil en combate, o es un vago que no le gusta trabajar, o un simple ladrón de poca monta, puede ser muy divertido jugarlo. Las dos sesiones que llevamos hasta ahora fueron más divertidas que muchas de las anteriores en las que jugué personajes mas trillados.
En pocas palabras, es bueno estar de vuelta en Forgotten, y espero que podamos seguir al menos un tiempo más.
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